Salmunch

La Mínima me encargó crear una obra de arte múltiple en torno al concepto de «bostezo«. Un bostezo que aquí se transforma en grito cargado de rabia y Omega-3 para sacudir el polvo de las instituciones culturales clásicas, incapaces de dar cabida a las necesidades de la sociedad moderna. Los museos han cambiado marcos de oropel y suelos de mármol por madera de haya sin tratar y paredes de titanio, pero las prácticas y mecanismos de exhibición (y ocultación) de obras y artistas apenas han variado durante siglos. Qué pereza. Y qué coraje.

En palabras de Ale Rojas, comisario de la muestra: “Hay en la obra de Ave Félix la intencionada propuesta de conducir el proyecto artístico en torno al bostezo bajo la consigna del “juego”, siguiendo el sentido que el mundo pos-pandemia otorga al arte y a la cultura en general como una forma de entretenimiento, de gestionar la vida elusiva. […] Ante la catástrofe la sociedad busca entretenimiento, distracción, ocupación vacacional y búsqueda de certezas, siempre y cuando estas no sean descarnadas y comprometidas o requieran un esfuerzo para el pensamiento […] Este nuevo aspecto cultural de lo elusivo responde a una actitud de hartazgo, como si nuestros niveles de dolor hubiesen llegado al límite, como si hubiera una saturación distópica. Lo cierto es que no buscamos ya nuestras propias identidades sino nuestros avatares, un mundo animado, prediseñado y preconfigurado por modelos de evasión.”

Por cierto, a Munch le encantaba el pescado. Y los chistes malos. Seguro que mi filtro de Instagram le hubiera gustado.

 

I was commisioned by La Mínima, a spanish contemporary art magazine, to create both physical and digital artwork around the concept of “yawn”. So I turned the yawn into a scream full of rage and omega-3 fatty acids, a scream to shake off the dust from classic cultural institutions. Today’s museums may have ditched gilded frames and marble floors for untreated beechwood and titanium-cladded walls, but the decision-making process for what goes on exhibition -and what doesn’t- has barely changed over the past two centuries. How boring! And annoying, too.

In words of Ale Rojas, art curator: “In Ave Felix’s work lies an intentional proposal to convey artistic practice according to the role we reserve for arts and culture in a post-pandemic world, as a way of entertainment, or dealing with an elusive life. When faced with disaster, society seeks amusememt, distraction, busy idleness and certainty, as long as it isn’t too grim, too demanding, or requires an additional thinking effort. […] This new avoidant cultural aspect is responsive to a blasé attitude, as if our pain threshold had been reached, as tough there was a dystopian overflow. […] The truth is we aren’t searching for self-identity anymore, but for an avatar, within a cartoonised, pre-designed world, built upon avoidance mechanisms.”

By the way, Edvard Munch was partial to seafood and bad jokes, so I’m sure he would have appreciated my Instagram filter.